La llegada del gélido mes de febrero japonés trae consigo la celebración del Setsubun (節分), una divertida tradición para purificar las casas en la que familias, amigos, colegios y templos echan mano de habas de soja, máscaras y cuernos de demonio para ahuyentar la mala suerte y atraer la buenaventura.
El término setsubun se compone de los kanji 節 (setsu: estación, período) y 分 (bun: parte, dividir), una expresión que literalmente podría traducirse como “separar las estaciones”. Aunque esta palabra se refiere al cambio de cada estación -y, técnicamente sigue habiendo cuatro: invierno-primavera, primavera-verano, verano-otoño y otoño-invierno-, en la actualidad se denomina setsubun al último día del invierno según el calendario tradicional japonés -de influencia china-, que generalmente cae en el 3 ó 4 de febrero, y que los nipones consideran la transición estacional más importante del año.
Durante el Setsubun, la víspera del primer día de primavera, los japoneses llevan a cabo el denominado mamemaki (豆まき: esparcir habas), una tradición que consiste en tirar habas tostadas de soja dentro de casa para echar a la mala suerte y ahuyentar a los oni (鬼: ogro, demonio). El lanzamiento no se hace de forma casual, hay que hacerlo en la dirección cardinal adecuada según la terminación de cada año:
Años terminados en… | Dirección cardinal de la fortuna |
---|---|
0, 5 | Oeste-Sudoeste |
1, 3, 6, 8 | Sur-Sudeste |
2, 7 | Nor-Noroeste |
4, 9 | Este-Nordeste |
El mamemaki cuenta con otro elemento que envuelve a esta tradición de diversión: hay una persona que interpreta el papel de oni poniéndose una máscara que representa a estos seres, mientras el resto le lanza las habas al grito de 「鬼は外、福は内」 (oni wa soto, fuku wa uchi: fuera los demonios, que entre la fortuna). Por su puesto, también hay una persona que interpreta a la buena fortuna (福: fuku) con su debida careta.
Y es que existe la creencia de que las judías de soja, las mame (豆), son efectivas contra los espíritus malignos. Quizá por ello a las utilizadas durante la celebración se las denomina fukumame (福豆: habas de la buena fortuna). También las sardinas secas tienen esta propiedad, según antiguos relatos nipones. Algunas casas todavía las cuelgan junto a hojas de acebo en las puertas de sus hogares en esta fecha, aunque son cada vez casos más marginales y reservados para pequeños pueblos del archipiélago.