Es una tradición extendida en Japón que un mes después de recibir un suculento chocolate de San Valentín los varones se rasquen el bolsillo para obsequiar a las chicas con un regalo de agradecimiento (o amor) en el llamado White Day (ホワイトデー: Día Blanco), contrapartida al día de los enamorados en el que los comercios siguen haciendo caja.
El 14 de marzo es un día en el que los hombres japoneses entregan a las mujeres que tuvieron un detalle con ellos en San Valentín un regalo, ya sean dulces, chocolate, flores u otro detalle en muestra de agradecimiento. Estos regalos suelen ser de color blanco —el color de azúcar— y cuestan bastante más que los bombones que recibieron. Esto se debe a que las féminas niponas esperan un sanbai kaeshi (三倍返し), literalmente “un retorno del triple”, o lo que es lo mismo, que el presente que se les entregue en respuesta a sus chocolates cueste al menos tres veces más que su inversión chocolatera.
Una persona puede gastarse más de 100 euros en chocolate el día de San Valentín —ya que no sólo se regala a la pareja, sino también a compañeros de trabajo, familiares y amigos—, y el gasto en total puede ascender a varios cientos de millones de euros, por lo que no hay más que hacer números para darse cuenta del desembolso un mes después.
Sólo con saber que alrededor del 20% de los chocolates que se consumen en el país asiático se engloba en esas dos fechas, no es de extrañar que las grandes empresas chocolateras, confiters y hosteleras niponas se pongan moradas.
Aunque no se conoce el origen exacto del White Day, existen varias teorías. Una cuenta que en 1965 un vendedor de nubes de azúcar (malvaviscos o marshmallow) sugirió que a cambio del chocolate, los hombres podían devolver el regalo comprándo malvaviscos, de ahí que algunos lo denominen el Marshmallow Day, y que la golosina sea un regalo popular.
Otra teoría apunta a que el 14 de marzo de 1977 la empresa confitera Ishimura Manseido instauró el Día del Malvavisco Blanco (White Marshmallow Day) sin mucho éxito. A la Asociación de la Industria Confitera de Japón (Zen Karen) la idea debió interesarle, y un año después instó a los chicos a devolver el regalo de San Valentín con el lema: Ai ni kotaeru howaito dei (愛にこたえるホワイトデー: Día Blanco para responder al amor). El blanco evoca la pureza y es el color del azúcar —nada más edulcorado que una muestra de amor comercial—, por lo que se decidió denominarlo White Day.
Como ocurre en San Valentín, existen distintos chocolates en función de a quién se esté regalando y con qué intenciones; lo mismo ocurre cuando se compra algo con motivo del Día Blanco. Si alguna chica os ha regalado chocolate en San Valentín y no queréis tener ningún malentendido al responder tomad nota: el chocolate blanco significa que quieres ser su amigo, regalar galletas que la quieres y si es chocolate, que te gusta.